Monasterio de la Inmaculada Concepción

PATRIMONIO ARQUITÉCTONICO | Iglesias

Monasterio de la Inmaculada Concepción

Conocido popularmente como ‘Convento de las Claras’. Tiene este edificio el privilegio de ser la más an tigua edificación de Cieza que sigue manteniendo la función para la que fue construido. Desde 1750, año de su fundación y hasta nuestros días, sigue albergando en su interior una comunidad de religiosas de clausura. Tan sólo algunos avatares históricos (invasión francesa, guerra civil española,..) han obligado a su abandono ocasional.

HORARIO DE VISITAS: En horas de culto

El Monasterio

Al atrio se accede por un arco de medio punto en cuyo centro destacan las armas labradas en piedra de los fundadores. El escudo es cuartelado de los linajes Marín-Blázquez, Melgares, Padilla y Moya, siempre repetidos en los demás escudos del Monasterio.

A los pies de la iglesia se abren los coros (se puede decir que están dentro de la clausura), punto de unión entre el templo y el monasterio. El coro alto, de mayor entidad que el bajo, es continuación de la arquitectura de la iglesia. Está cubierto por airosas bóvedas de medio punto con lunetas y arcos torales, decorados con florones en las claves interiores.

En la parte superior externa de la pared del coro alto, dando a la iglesia, destaca un colorista escudo de armas de los fundadores, pintado al temple, repitiendo los mismos cuarteles de los escudos de las portadas y torno.

El coro bajo, bastante menor que el alto, hasta 1940 no tuvo vistas a la iglesia. En esta época se abrió la reja actual, obra de forja artística debida al cincel de Don Jerónimo Salmerón Gómez.

El edificio lo centra el claustro, de una extraordinaria sencillez y austeridad. Entorno a él se desarrollan toda la vida y dependencias monásticas. Portería, celdas, cuarto de labor, biblioteca, oficina de la abadesa, refectorio capaz para cincuenta religiosas, cocinas, etc. Otras dependencias son el oratorio interior del Monasterio, y el locutorio grande y pequeño.

Otro importante espacio abierto en el interior del Monasterio lo constituye el patio-jardín, donde se construyó la balsa para el agua de riego, y recientemente el cementerio de la comunidad, antes en la cripta del coro bajo. Por unos arcos se accede al huerto monástico, donde también se halla la granja, de una tahulla de superficie donde se siguen cultivando árboles, hortalizas y flores.