Siyâsa era una típica población andalusí construida en altura, sobre la falda de un empinado cerro, que contaba con un núcleo urbano de bastante entidad protegido por lienzos de muralla y por una alcazaba que coronaba la mole rocosa ocupando el punto más elevado. La defensa de la ciudad, en su vertiente menos escarpada, se realizaba a través de una muralla que protegía una superficie de unas diez hectáreas, acogiendo en su interior a una población próxima a los 4.000 habitantes. El desnivel propio de las laderas del monte en el que se erigió Siyâsa era salvado mediante terrazas o paratas sobre las que se construyeron las viviendas.

La visita guiada al yacimiento ofrece la oportunidad de conocer in situ alguna de estas viviendas. En Siyâsa responden al modelo islámico denominado “casa de patio central”, desde el cual se accede a las diferentes dependencias de la casa. En torno al patio se desarrollan las diversas estancias que configuran la estructura del hábitat andalusí: zaguán, salones, cocina, letrina, tinajeros,… Se trata de un tipo doméstico que se ajusta bien a los climas cálidos y que permite la máxima intimidad de sus moradores respecto al exterior. Los accesos acodados desde la calle permitían salvaguardar el interior de la mirada indiscreta de los viandantes y estaban destinados a proteger uno de los valores más importantes de la vida familiar como es la intimidad.

Recorrer las angostas y estrechas callejuelas, descubrir las estructuras originales del hábitat doméstico andalusí, o contemplar el espléndido paisaje que se divisa desde el antiguo emplazamiento, son elementos más que atractivos para visitar este importante yacimiento.
Además, la rica decoración arquitectónica encontrada en las casas excavadas constituye uno de los aspectos más novedosos y de mayor interés del conjunto. Buena parte de esta excepcional yesería, se conservan y exponen en el Museo Siyâsa.